Llevaba ya tiempo dándome cuenta que mi vida no es la que quería, la que visualizaba en la infancia, pero como estaba tan metida en la rueda de mi rutina, ya actuaba como un animal de carga, los cuales llevan una gríngola para mirar sólo hacia adelante, en mi caso, sólo miraba hacia abajo, un pie delante del otro y tirando de toda la carga a mi espalda.
Tan sólo me limitaba a quejarme y a hundirme en mi camino, pues el surco de andar siempre por el mismo sendero se hace cada vez más profundo. No veía luz delante, tan sólo oscuridad, obstáculos, problemas económicos, problemas de autoestima, problemas en el trabajo, rara vez era el día que no venía con ansiedad pensando que me iban a despedir, pues mi superior siempre tenía algo que reprobarme., mi estado físico , lamentable, muchas cosas, la montaña a escalar era demasiado alta.
El hecho de levantarme para ir al trabajo, con el miedo metido en el cuerpo, me paralizaba la mente, siempre estaba de mal humor, y sin energía, imaginándome escenas que al final nunca sucedieron.
Si tienes un problema, ¿por qué te preocupas?
Si tiene solución, ¿por qué te preocupas?,
y si no la tiene, ¿Por qué te preocupas?
*Proverbio chino, posiblemente Confucio, lo dijo con otras palabras.
Veía que todo el mundo tenía éxito, le sonreía la suerte, o como decimos por aquí «se les había aparecido la virgen», todo eran argumentos que me ratificaban que simplemente era una persona con mala suerte, que por mucho que trabajara y me esforzara, no podía salir del agujero. Tan sólo la fuerza que me da la responsabilidad y el amor hacia mis hijos, era la que conseguía que continuara levantándome día tras día.
No, un día no me desperté y dije mi vida va a cambiar a partir de ahora, y como en las películas, todo fue mejor, o como dice la Ley de la atracción, empezaron a venir cosas buenas, unas detrás de otras, no. Por una casualidad, cayó en mis manos un libro llamado La Asertividad, con el que aprendí algo tan simple como herramientas para saber gestionar tus relaciones con los demás, controlando tus emociones para poder expresar de forma adecuada tus pensamientos, ideas o emociones. Con él empecé a superar el primer obstáculo, las relaciones con mi superior, con lo que por lo menos, me dio un poco de tranquilidad el no estar siempre con la espada de Damocles sobre mi cabeza en el trabajo. Es por ello que la primera de las rutinas que recomiendo es la lectura, pues es la llave que abre la puerta a otra realidad, el conocimiento.
Con ésto lo que quiero decir, es que cualquier camino, se empieza con el primer paso, empecé a poner en práctica la asertividad en distintas facetas de mi vida cotidiana, mi pareja, amigos, hijos …. y empezó a surtir efecto, empezaban a escucharme y a respetar mis deseos.
Lo recomiendo para empezar a dar ese primer paso.